OKDIARIO recorre el ‘hospital milagro’ de Ifema: «En una noche montamos más de 40.000 m2 de suelo»
Ifema es ya el mayor hospital de España, un ‘milagro’ levantado en tiempo récord para descongestionar los centros hospitalarios de Madrid ante el avance de la epidemia. Tras conseguir adecuar uno de sus pabellones para acoger a pacientes infectados con coronavirus en menos de 24 horas, la feria de Madrid continúa ampliando la adaptación de sus instalaciones. OKDIARIO ha recorrido uno de sus pabellones para conocer a dos de los artífices del gigantesco hospital de campaña: el arquitecto Alberto Jorge y el ingeniero Juan José Pérez.
La entrada de Ifema se ha convertido en un vaivén de profesionales sanitarios y colaboradores que intentan atender al mayor número posible de pacientes. El hospital improvisado, tal y como lo hace el número de infectados, no deja de expandirse. Pero, ¿cómo pudo construirse en apenas dos días un recinto adecuado a las necesidades de un hospital?
Ambos profesionales nos cuentan que todo empezó con una llamada. La del ingeniero al arquitecto. «¿Te interesa colaborar en el montaje de un nuevo hospital de campaña?», le preguntó el primero. «Por supuesto, no lo dudé», afirma Pérez. «Después de una reunión de quince minutos nos fuimos al estudio a dibujar», recuerda.
Las características especiales hicieron trabajar contra reloj a todos los profesionales que han colaborado para hacerlo posible. «En dos horas teníamos los primeros planos», asegura Alberto Jorge, el arquitecto encargado de diseñar las instalaciones. «La gente de Ifema modulaba más rápido que nosotros dibujábamos», explica.
El recinto ferial cuenta actualmente con tres pabellones preparados para la atención de pacientes. El primero que se construyó es el más provisional y se prevé «sustituirlo por otro más equipado», justo en el que nos encontramos. A pesar de que aún faltan parte de los equipos necesarios, la sensación de organización es abrumadora. Departamentos multiplicados se extienden por todo el pabellón y las paredes y suelos hacen recordar a los de un auténtico hospital. Todo en blanco.
Las circunstancias especiales les han hecho vivir una experiencia completamente distinta a la que están acostumbrados. «La última visita a almacenes fue ayer a las tres de la mañana con el Ejército y levantando de la cama a la dueña del almacén, a la que quiero agradecer su esfuerzo por ayudarnos a conseguir las piezas para acabar el pabellón», relata el ingeniero y director operativo del hospital, Juan José Pérez. Además, el papel de los militares ha sido fundamental para levantar las tiendas que conectan los pabellones a modo de túnel. «Nos han dejado hasta un Tac para hacer pruebas a los pacientes», explica Pérez mientras nos lo muestra.
La adaptación ha supuesto hazañas tales como la colocación de más de 40.000 metros cuadrados de suelo continuo durante la primera noche. El ingeniero cuenta, mientras recorre el exterior del pabellón, que «la verdadera dificultad fue montar la instalación de gases medicinales. La reacción de las empresas encargadas ha sido fantástica. Son los verdaderos héroes», asegura. Nadie quiere llevarse el mérito.
Sin embargo, también se ha invertido gran esfuerzo en conseguir las múltiples piezas específicas que la construcción de un hospital conlleva. «Hemos vaciado los almacenes. No debe quedar ni un tornillo de cobre en todo Madrid», afirman los entrevistados.
La colaboración entre la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de la capital, el Ejército y el recinto ferial ha sido fundamental para hacer realidad el hospital que podrá albergar hasta 5.500 camas.
A pesar de cargar ya con varios días de duro trabajo a sus espaldas, el trajín no cesa y con ello la planificación para futuras ampliaciones: «Tenemos dibujados los siete pabellones para que no nos pillen sin estar preparados», concluyen los profesionales que nos han mostrado las instalaciones.